El diagnóstico de un cáncer puede ser devastador, tanto por el pronóstico como por la lucha a la que conlleva. Hoy en día existen numerosos tratamientos con fármacos antitumorales que han aumentado la supervivencia de muchos pacientes con cáncer, sin embargo, es bien conocido por la población que no están exentos de diferentes efectos adversos, entre ellos, la caída de pelo por quimioterapia.
¿Qué es la alopecia por quimioterapia?
La caída de pelo por quimioterapia es uno de los efectos secundarios más frecuentes en los pacientes oncológicos, a la vez que temido. Se estima que más del 60% de los pacientes sometidos a ciertas quimioterapias pueden experimentar alopecia durante y después del tratamiento, con el impacto negativo en la calidad de vida y en la salud emocional que ello conlleva, sobre todo en las pacientes femeninas.
Y es que, el cabello tiene un gran efecto psicológico y social, ya que desde siempre ha sido una seña de identidad para las personas, jugando un papel fundamental en la imagen que transmitimos a los demás. Por todo ello, es un elemento importante a la hora de sentirnos atractivos y perderlo supone una alteración de nuestra imagen y, en consecuencia, de la seguridad en nosotros mismos.
Efectos de la alopecia por quimioterapia
La caída del cabello durante el tratamiento del cáncer no solo impacta negativamente en la autoestima del hombre y de la mujer de forma brusca, sino que también hace visible la enfermedad cuando quizás algunas personas quisieran mantenerla en privado.
Además, esta caída de pelo por quimioterapia puede estar acompañada de síntomas como picor, dolor o mayor sensibilidad en el cuero cabelludo.
¿Por qué se cae el pelo con la quimioterapia?
Los fármacos antitumorales sistémicos o quimioterapia tienen un efecto tóxico en el tallo y bulbo piloso, es decir en la raíz del pelo, lo que se traduce en una detención drástica del ciclo de crecimiento y renovación del cabello con su desprendimiento desde la raíz.
La caída suele iniciarse entre los 7 y 21 días posteriores al inicio de la quimioterapia y evoluciona de forma progresiva con una llamativa caída del cabello que, en ocasiones, cursa con una pérdida total del mismo a los 2 meses aproximadamente del inicio del tratamiento.
Aunque la caída del pelo de la cabeza es la más llamativa y frecuente, además, puede afectar al pelo de otras zonas como las cejas, las pestañas o el pelo corporal.
La alopecia o caída de cabello durante el tratamiento de quimioterapia también puede seguir un patrón androgénico cuando la terapia es hormonal. La pueden padecer tanto hombres como mujeres y genera una caída similar a la calvicie clásica masculina, es decir, una caída focalizada en la zona central y en las entradas ocasionada por una alteración del balance hormonal (por exceso de andrógenos) debido al tratamiento.
Pero no todos los fármacos antitumorales producen alopecia. Hoy en día existen fármacos para determinados cánceres con una acción en algunas células específicas y que no producen el efecto tóxico mencionado en las células pilosas.
¿Se puede volver a recuperar el cabello?
La caída de pelo por quimioterapia suele ser transitoria y recuperable tras finalizar el tratamiento. Sin embargo, en alrededor de un 10% de los pacientes esta alopecia puede ser definitiva, por un daño permanente de las células madre de la raíz del pelo debido al efecto tóxico de algunas quimioterapias. De hecho, se considera que puede ser definitiva si tras 6 meses de haber suspendido el tratamiento no se ha iniciado la recuperación del pelo. En estos casos el impacto negativo es mayor, y puede ser devastador.
Aunque en la mayoría de las ocasiones la alopecia es transitoria, en algunos casos el nuevo pelo puede tener diferencias al previo en cuanto a textura, color o volumen.
¿Existen tratamientos preventivos para la alopecia por quimioterapia?
Si, desde hace unos años puede realizarse una terapia de enfriamiento del cuero cabelludo o “scalp cooling”. Esta técnica consiste en enfriarlo antes, durante y después de cada tratamiento de quimioterapia para reducir la caída del cabello. Dicho enfriamiento contrae los vasos sanguíneos del cuero cabelludo, reduciendo así la cantidad de quimio que llega a las células de los folículos pilosos y, por tanto, haciéndolos menos propensos a sus efectos.
El enfriamiento se realiza mediante un dispositivo que se denomina Dignicap, un gorro de enfriamiento con sensores integrados patentados que está compuesto por canales a través de los cuales circula un líquido refrigerante a una temperatura controlada. Este dispositivo posee evidencia científica que apoya su eficacia en cuanto a la prevención de la caída de pelo por quimioterapia.
¿Qué tratamientos pueden emplearse al finalizar el ciclo de quimioterapia?
Hay diferentes tratamientos que pueden emplearse, siempre bajo recomendación de un médico especialista en dermatología y tricología y de la mano del médico oncólogo.