Tocas tu cabeza, ves un pelo nuevo y piensas: ¿cómo ha salido eso ahí? La respuesta está más abajo de lo que imaginas. El crecimiento del pelo no empieza en la superficie, sino dentro de tu piel.
El ciclo de vida del cabello
El pelo no crece sin parar. Sigue un ciclo muy bien organizado.
Fase anágena: nace y crece
Es la etapa más larga. Aquí el folículo está activo. Produce el pelo, que crece unos 0,3 mm al día, o lo que es lo mismo, 1 cm al mes. Puede durar de 2 a 7 años.
Fase catágena: se detiene
El folículo se encoge y deja de alimentar el pelo. Esta fase dura unas pocas semanas. El cabello no crece, pero tampoco cae todavía.
Fase telógena: cae para dejar paso
El pelo se suelta. Es cuando lo ves en el cepillo o la ducha. Este paso dura de 2 a 3 meses. Después, el ciclo vuelve a empezar.
¿De dónde sale el pelo?
Cada pelo nace en un folículo. Dentro, hay una raíz rodeada de vasos sanguíneos. Esa sangre lleva nutrientes y oxígeno. Sin ellos, el pelo no crece ni se mantiene fuerte.
¿Qué necesita un folículo para funcionar bien?
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Energía en forma de vitaminas y minerales
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Una buena circulación
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Un entorno sin inflamación
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Estabilidad hormonal
Cuando algo falla, el ciclo se interrumpe. El pelo se debilita, cae antes de tiempo o ni siquiera nace.
Factores que afectan al crecimiento capilar
No todo depende de la genética. También influye cómo cuidas tu cuerpo.
Estrés, alimentación y estilo de vida
Dormir mal, comer poco variado o vivir bajo presión afecta a todo el cuerpo. Y el pelo lo nota primero. Por eso, una buena rutina capilar empieza desde dentro.
Una opción eficaz es recurrir a fórmulas multifactoriales como Olistic, el complemento que nutre tu pelo desde el interior. Sus ingredientes están pensados para apoyar cada fase del ciclo capilar.
Edad y cambios hormonales
Con los años, el ciclo se acorta. El cabello se afina y tarda más en crecer. En mujeres, esto se nota sobre todo tras la menopausia. En hombres, puede comenzar antes.
¿Cómo puedes ayudar a que tu pelo crezca mejor?
Cuida tu alimentación. Reduce el estrés. Masajea tu cuero cabelludo. Hidrata. Y, sobre todo, dale al folículo lo que necesita: micronutrientes, antioxidantes y equilibrio. Si lo haces, el pelo hará su parte.
El crecimiento del pelo no es magia. Es ciencia. Y empieza mucho antes de que puedas verlo. ¿Estás cuidando lo que hay bajo la raíz?